RELATOS EN IMÁGENES, EN LETRAS Y MÁS. La vida no es tan difícil. Instalar un programa de windows, una impresora, un router o un TDT, si lo es. Felipe Sánchez Felipe. Árbitro.

jueves, octubre 19, 2006

BEIRUT: El cuento de nunca olvidar

Érase una vez un hombre, ni mayor ni pequeño que no tenía a nadie que le contara un cuento. Apenado, solo se fue muy lejos, muy lejos a vivir su aventura, su cuento.
Aquel hombre tenía miedo como cuando se hace de noche, como cuando quieres que te cuenten un cuento y hacia el miedo se fue para alejarse de él, para olvidar.
Y llegó al lugar , al momento. al estado en que lo feo es aun más desagradable, donde el dolor es más terrible, donde la vida es más muerte, donde todo es provisional, donde nada se arregla: Líbano.
He llegado a Beirut- dijo- para verme en los sacos que tapan las ventanas, en las torres con caries de bombazos, en la demolición habitual y en esos niños risueños nacidos para vengarse.
Todo huele a agua insuficiente, a polvo húmedo y pringoso, a pólvora mezclado con perfume, a ropa de soldado en maniobras.
Son las ratas y los perros por la noche, los amos del escombro, la ruina y la trinchera. Desafían a todo el que se mueva y clavan sus ojos en los tuyos para ver tus fuerzas con las suyas. Pueden ser las almas de los muertos que intranquilas, persiguen a sus verdugos.
Tus gentes Beirut, se niegan a vivir atenazadas entre hierros retorcidos y cascotes.
¿Qué hago aquí? -pensó- de ave carroñera hurgando en vuestro miedo por el deseo de alejarme del mío insuperable. Me has hundido más en mi conflicto, ahora sé que no puedo dar la espalda a nada que me tenga aprisionado como a tí Beirut.
Desde entonces aquel hombre perdió su pequeño miedo y se hizo mayor porque conoció de verdad el miedo, pero se trajo con él su cuento; el cuento de nunca olvidar.

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